Parque Industrial Costa del Este

Por Lana Whitehead, Swim Kids USA

No cabe duda que el movimiento es la llave para el aprendizaje durante la primera infancia. Está comprobado científicamente que los niños que inician su educación acuática entre 1 y 4 años de edad no solo reducen el riesgo de ahogamiento en un 88%, sino que además promueven su integración sensorial entre muchos otros beneficios:

Mejora el desarrollo físico.

Estudios recientes muestran que las clases con ejercicios para bebés y niños, ayudan a mejorar su desarrollo físico.

Mejora el desarrollo neurológico.

Los niños experimentan una gran estimulación del tacto en todo el cuerpo mientras nadan, logrando así una gran estimulación en su desarrollo neurológico.

Acelera su desempeño académico.

Estudios realizados en Australia demuestran que los niños que tiene una participación temprana en clases de natación, pueden acelerar su desarrollo cognitivo.

Incrementa la capacidad de memoria.

Estudios recientes han demostrado que la cantidad de movimientos y ejercicio que haga una persona afecta el tamaño y capacidad de memoria de su Hipocampo. El Hipocampo es la parte del cerebro primario encargada de la memoria y el aprendizaje.

Fortalece la confianza social y emocional.

Estudios científicos demostraron que la participación en clases de natación ayuda a fortalecer

la confianza del niño.

Expande la comunicación cerebral.

Un extraordinario estudio informa que el cerebro de un bebé se desarrolla a través de

movimientos de patrones bilaterales cruzados, como la natación, gatear y caminar.