Cuando a lo largo de todos estos años de operación en Panamá le hablamos por primera vez a los padres de nuestros alumnos de seguridad acuática, es común encontrarnos con la la creencia de que hablar de niños más seguros en el agua es hablar fundamentalmente de niños que sepan nadar.
Pero seguridad acuática implica más que saber nadar o enseñarles a nadar, aún cuando registrarlos en clases formales de natación es uno de los principales legados que podemos darle a nuestros hijos como padres: enseñarles a nadar es regalarles un seguro de vida.
Nuestra razón de ser como escuela de natación es formar niños más seguros en el agua. Las estadísticas mundiales de ahogamiento nos muestran la necesidad de seguir trabajando para esparcir la importancia del problema y el mensaje:
- El ahogamiento es una amenaza real para los niños: en Estados Unidos es la primera causa de muerte accidental en niños entre 1-4 años.
- Muchos carecen de habilidades básicas para nadar.
- Algunos padres no reconocen que la supervisión es la clave.
Pero nuestro mensaje viene siempre cargado de esperanza. Sabemos que el ahogamiento se puede prevenir. Las investigaciones muestran que el riesgo de ahogamiento puede reducirse en un 88% si los niños participan en clases formales de natación entre las edades de 1 a 4 años (Archivos de Pediatría y Medicina del Adolescente 2009).
Todo accidente en el agua tienen tres elementos en común: el agua, las personas y la respuesta ante el accidente en el caso de que haya sido inevitable. Como padres podemos tomar medidas en estas 3 áreas para mantenerlas MÁS SEGURAS y así también a nuestros hijos.
Por agua más segura nos referimos a identificar todos aquellos riesgos que puedan existir al realizar actividades cerca o dentro del agua. Por ejemplo, debemos vaciar baldes o contenedores de agua después de su uso, bloquear todos los accesos a piscinas, jacuzzis, bañeras, etc., no dejar juguetes u objetos en las piscinas que puedan llamar la atención de pequeños, vaciar y colocar boca abajo piscinas inflables, ya que el agua de lluvia pudiera llenarla de nuevo, etc.
Personas más seguras implica todas las acciones que como adultos podemos ejecutar para contribuir a que nuestros niños, y los hijos de amigos también, estén más seguros al momento de disfrutar de la playa o la piscina. Por ejemplo, llevarlos con frecuencia a clases formales de natación, designar siempre a un ADULTO VIGILANTE en reuniones sociales o situaciones de disfrute, quien debe estar atento a los niños y sin distracciones de ningún tipo o el asegurarnos que al navegar todos los de la embarcación tengan un chaleco salvavida de su talla.
Y si lamentablemente las medidas de las dos áreas anteriores, agua o personas, no fueron suficientes y ocurrió un accidente, es necesario tener un plan diseñado en familia que garantice una respuesta más segura. Por ejemplo, tener a mano los teléfonos de emergencia confiables, aprender resucitación cardiopulmonar (RCP) o primeros auxilios o contar con alguna persona que conozca estas técnicas y saber que el primer lugar en el que se debe buscar si un niño desaparece de vista es en la piscina u otras masas de agua.
Todas estas medidas pueden prevenir un accidente. En Aquatics no nos importa que tan repetitivos podamos sonar con algunos de nuestros mensajes, pero sabemos que la educación acuática puede salvar vidas. Por eso te invitamos a que nos ayudes a regar la voz entre tus familiares, amigos o conocidos: “porque si no los puedes ver, no los puedes salvar”.